Todos sabemos que una de las cosas que más valoran las compañías discográficas son las ventas y el número de streamings de los temas que sacan sus artistas. Teniendo esto en cuenta y sabiendo que si un primer trabajo en solitario no triunfa tal vez no haya un segundo, es extremadamente difícil encontrar a artistas que lo arriesgan absolutamente todo aún teniendo muchos factores que jugarán en su contra. Raoul Vázquez se fue de OT hace año y medio y el boom no es tan fuerte como antes, pero por unas razones u otras, no ha podido estrenarse hasta hoy. Además, el catalán ya cantó «Estaré ahí» en octubre en el CCME, hace nada más y nada menos que ocho meses. Volvió a cantarla en los dos últimos conciertos de la gira de Operación Triunfo, la ha cantado en los conciertos de Nerea, cantó el estribillo en el concierto de Ricky… la cantó, la cantó, y la habría cantado mil veces más de haber tenido la oportunidad. El factor sorpresa del primer single ha cumplido un papel muy importante para las visitas y las ventas de todos y cada uno de los ex concursantes de Operación Triunfo, pero eso a Raoul le da igual. Él solo quiere cantar, quiere exteriorizar lo que tiene dentro, quiere ser artista. Hoy por fin ha podido demostrarle al mundo que lo es.

Muchos fans se saben la letra de «Estaré ahí» desde hace meses. La canción es muy buena, el estribillo es pegadizo y en general es fácil de aprender, tiene los ingredientes necesarios para que dentro de diez años la gente siga pidiéndole «su primer single» en los conciertos que dé. Sin embargo, podía darse el caso de que una vez llegado el día del estreno, sus wolfies no se sorprendieran del resultado final. Podría ser que siguieran escuchando la canción, pero que la pasaran un poco por alto, que al fin y al cabo hace más de medio año que está subida en YouTube (aunque con ciertos cambios). Ha resultado ser todo lo contrario. Durante todo este tiempo hemos estado pensando que teníamos una posible joya en nuestras narices y nos acabamos de meter de lleno en una mina llena de diamantes. «Estaré ahí» no solo es de las mejores canciones que han salido en 2019, sino que además tiene uno de los videoclips más impactantes de los últimos años, y hay que agradecérselo de mil formas al director, Javier Giner.

Raoul ha hecho uno de los tripletes más complicados de conseguir: la línea melódica de su voz va bailando de un lado a otro acorde a la letra mientras el propio Raoul se mueve por un espacio cerrado dándole muchísima más fuerza al mensaje de la canción, que no es otro que «este soy yo, esto es lo que siento, lo que tengo dentro». Hay millones de vídeos chulos que pierden su calidad por no tener nada que ver con la canción, al igual que hay millones de letras preciosas que pierden su significado cuando el ritmo del tema está en otra línea. No es el caso.

El vídeo empieza con un Raoul muy pequeño y con muy poca luz, un Raoul con miedo que está de cuclillas, una posición que a menudo se ha relacionado con la autoprotección y con el abatimiento personal. Justo después del “sé que el día de mañana, aunque cueste, estaré ahí”, se ve por primera vez a un Raoul iluminado, erguido, con un semblante que rebosa seguridad, se ve por primera vez la mirada de una persona herida que, pese a todo, no piensa abandonar. Está él solo en una habitación blanca que, según pasa la canción, se va tiñendo de amarillo, de azul o de morado, una habitación sin salida que no le permite pasar página.

En el primer estribillo, la coreografía y la expresividad de la cara del lobo de Montgat pasan a ser los absolutos protagonistas de tu atención. Los movimientos son bruscos, rápidos e intermitentes, son movimientos perfectamente calculados y ejecutados que lo llevan a tirarse por el suelo, a taparse los ojos, a cubrirse la cara con las manos. La mezcla de lo visual con lo musical es un cóctel molotov para gente sensible, es algo verdaderamente impactante. El baile, los colores, las expresiones faciales de Raoul, la percusión, la voz, a veces fuerte y potente, a veces dulce y fina. Incluso la simbología de los movimientos está logradísima. El primer y último verso de la canción es “no me importa con quién vayas a dormir ahora”, pero entre uno y otro hay una diferencia preciosa: Raoul empieza el vídeo estando de cuclillas, confuso y asustado, y lo termina hincando la rodilla, siendo ésta una pose que se relaciona directamente con la fidelidad y la fortaleza con la que un guerrero regresa de un combate, aunque haya sido herido.

Lo único que falta por decir es que ojalá Raoul y Javier sigan trabajando juntos en proyectos futuros, es una delicia poder disfrutar de cosas tan trabajadas y sudadas como ésta. La espera ha merecido la pena, y si tenemos que volver a esperar tanto tiempo para tener algo parecido, que así sea. Estaremos ahí.